En el día de hoy de 1984, en el Auditorio de Luz y Fuerza de Villa María, se conformó la delegación departamental de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Ese histórico acto contó con un público que desbordó la capacidad del lugar. El Consejo de Presidencia estaba integrado entre otros por Miguel Veglia, Omar Mignola, Gregorio Felipe, Silvina Requena, Raúl Apfelbaum, Berta Rodeiro de Mercado (Familiares de Detenidos y desaparecidos por Razones Políticas), Oscar Mengarelli (Anusate), Victoriano Godoy (Centro de Periodistas), Mario Moral (Movimiento por la Reconstrucción y el Desarrollo de la Cultura Nacional) y Carlos Pajón (Escuela de Bellas Artes).
30 años cumple hoy la entidad que actualmente conduce Elvio Omar Toscano y que comenzó a funcionar en nuestra ciudad casi una década después que la APDH nacional, pero con el mismo objetivo de constituir un espacio institucional desde el cual fortalecerse y luchar juntos para defender los derechos humanos y los valores de verdad y justicia.
"Se trató de imponer la irracionalidad, pretendiendo que lo anormal fuera normal mientras que la normalidad -elementales derechos humanos y sociales- era considerada una anormalidad que debía ser combatida", dice el propio Toscano sobre la última dictadura cívico-militar en su libro "En honor a la verdad".
Conferencias, charlas, clases didácticas van creando la conciencia y manteniendo viva la memoria en los más jóvenes sobre lo que pasó; actividades de las que se encarga APDH en la actualidad.
En el mundo no está subsanado el tema de los derechos humanos, basta con ver los noticieros, ver los diarios, escuchar las radios, y las noticias de violaciones permanentes son muchas, demasiadas.
Jorge Julio López desapareció en democracia. Luciano Arruga está desaparecido. Pueblos originarios son agredidos, despojados y desterrados. Y Marita Verón, y María Cash no están. Tampoco sabemos dónde están Mariela Bessonart y Mariela Bortot. Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron asesinados por fuerzas policiales en democracia. A Carlos Fuentealba lo mataron en democracia. Y al Rubio del Pasaje lo desaparecieron en democracia. Y la trata de personas sigue. Y el trabajo esclavo sigue. Y los derechos humanos tan esenciales como el libre tránsito en tu propia tierra están vulnerados por el Código de Faltas cordobés.
En su informe 2012/13, elevado a APDH nacional, y en cuanto a la situación local y provincial, se destaca: "Hemos intentado seguir siendo coherentes en nuestro trabajo, reflexivos sin confrontar, señalando aspectos sobre hechos concretos, buscando conciliar para avanzar en la solución de los problemas de nuestra comunidad, sin que ello altere nuestros principios estatutarios, nuestra condición humana y nuestra realidad, una coherencia en defensa de los derechos humanos".
La delegación local remarca luego que "Una de las situaciones más gravitantes en la provincia de Córdoba y en nuestra ciudad, son los abusos policiales, son dolorosos, traumáticos, porque generalmente están afectado a la población humilde y de los barrios más alejados de la ciudad, zonas vulnerables, generalmente adolescentes".
En cuanto al Gobierno Nacional, califica a la gestión con una palabra: "incoherencia", con la que inicia cada uno de los puntos resaltados en cuanto a las políticas en diversos temas.
Los derechos humanos no son solamente las atrocidades cometidas por la última dictadura cívico-militar, por eso la APDH debe estar en estado de asamblea permanente.
Marcelo J. Silvera
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