miércoles, 25 de junio de 2014

Palabras Vertebrales, la columna de Marcelo J. Silvera: 25 de junio - La venganza de Tupac Amarú

En una de esas notas llenas de cánticos, gritos y palabras inentendibles que se hacen en las puertas de los estadios en Brasil, oí a un hincha dar una definición sobre este Mundial de Fútbol que tras los partidos de ayer disparó esta reflexión.
[ADVERTENCIA] No soy periodista deportivo, ni analista futbolísitico. Mi visión es ajena a la competencia. No me convierto en unitario por el fútbol. Y no me emociona la historia de los inmigrantes que vinieron a trabajar la tierra que nadie trabajaba, porque antes que ellos los originarios la trabajan (hasta que los mataron) y después de ellos los terratenientes descendientes no la trabajan, la destruyen.
Ahora sí, este es el punto:
Si la gente sin techo propio hoy es llamada okupa, reprimida por fuerzas de seguridad en las tomas de tierras; imagine cuál sería el titular de los medios actuales sobre los mal llamados colonizadores. Usurparon tierras, asesinaron a sus habitantes legítimos (aunque no hubiera leyes escritas avaladas por La Haya), saquearon las riquezas, violaron a las mujeres, esclavizaron a los menores, y se erigieron dueños y patrones de todo.
América Latina fue víctima de invasiones inglesas, portuguesas, españolas y francesas. Hoy en nuestro continente se hablan todos esos idiomas de manera oficial. Llegaron con sus culturas a destruir las nativas, con sus legados a borrar todo anterior. Y con su religión, obligatoria y única verdad absoluta del universo.
Tuvieron resistencia. Mucha. Aunque perdieron los locales por goleada de cruces y espadas. Acá se jugaba al Ulama, o ullamalitzli o tlatchtli, algo similar al fútbol, más agresivo, a veces a muerte, se ponía en juego el honor y se usaban hasta los dientes de ser necesario.

Ellos llegaron con sus deportes también, y aprendimos. Tanto aprendimos que en este Mundial se fueron España, Inglaterra, Francia y se puede ir hoy Portugal. Todos los países colonizadores.
Decir esto es minimizar la historia y maximizar el deporte, pero la frase me gustó como una síntesis de deseo: el hincha entrevistado del que les hablaba al principio definió a este Mundial como "la venganza de Tupac Amarú".

Marcelo J. Silvera



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